LA HISTORIA DE "FRASQUITO"

Cuando se construyó la Iglesia, un señor de Barcelona prometió que regalaría un Corazón de Jesús en todas las Iglesias que lo tuvieran como ("Cabeza de Altar"), patrón. Y así llegó a Chinorlet el primer Corazón de Jesús, hecho de talla de madera de unos 80 kilogramos de peso y que se colocó en el altar cuando se inauguró la ermita en 1915. La talla estaba unida por piezas y los habitantes de Chinorlet protestaban de que pesaba mucho y no podían cargar con Él en la procesión ya que era macizo, por lo que se decidió cambiar por otro más ligero, hecho de escayola.

Cuenta Encarnación Guardiola que ante la incertidumbre de dónde se iba a colocar el primer Corazón de Jesús, un señor de La Solana, conocido como el Tío Pepe, vulgarmente como el tío Pito, decidió llevárselo a su casa en La Solana. Seguidamente los viajes a Orihuela, al Obispado concretamente, se continuaron y, finalmente, consiguió llevarlo a su casa donde lo colocó encima de una mesilla que había en su habitación.

Cuando estalló la Guerra en el 36, el tío Pito hizo un agujero en un patio de su casa y, envuelto en sábanas y mantas lo escondió, por lo que cuando entraron los milicianos, que asaltaban las casas, quemaban los objetos de importancia, robaban..., e incluso quemaban las Iglesias, entre ellas la de Chinorlet, no lo encontraron.

Y después de tres años, una vez finalizada la guerra, el tío Pito sacó al Corazón de Jesús de su escondite dejándolo tres días en la calle como agradecimiento porque sus dos hijos habían vuelto de la guerra, y para que viera como estaba todo. Estaba estropeado.

En Chinorlet se prosiguió a la restauración de la ermita, que durante la guerra había pasado a ser un mercado, destruyéndose la Virgen del Rosario, patrona de la misma junto al Corazón de Jesús.

Tras la restauración se encargó otro Corazón de Jesús y otra Virgen del Rosario a una fábrica de Olot. Pero mientras llegaban, el tío Pito accedió a prestar a "Frasquito", (así era como llamaba cariñosamente al Corazón de Jesús), que regresó a su casa.

Pasaron cerca de tres años hasta que llegaron los nuevos patronos. Prosigue Encarnación que fueron a la estación de Novelda en un Ford de la época, acompañados por Manolita Amo, esposa de Don Diego, ambos poseedores de una finca en Mañán. Venía, recuerda, envuelto en sábanas para evitar que se rompiera, y cuando paró el tren lo recogieron y lo pusieron en la parte trasera del coche, encima de Encarnación, hasta que llegaron a Chinorlet y fue colocado en el altar, devolviendo a "Frasquito" a su dueño.

Prosigue con añoranza, que el tío Pito ayudaba a Chinorlet en lo que fuera necesario. Que un año, a punto de vendimiar, se formó una nube y Pepe se puso delante de "Frasquito" y le dijo: "Si no pedrega te faig una festa, però si pedrega te tire a la rambla" ( "si no cae piedra te hago una fiesta pero si cae piedra te tiro a la rambla"), y como no cayó piedra, puso un improvisado altar, a la izquierda del mismo colocó a "Frasquito", puso cubas de vino que servía con un calabacín, se sacaron almendras, garbanzos tostados...unos músicos que tocaban la trompeta y el tambor y congregó a los vecinos de La Solana y Chinorlet, entre otros, y le hicieron la fiesta.

Prosigue diciendo que el tío Pito dijo que cuando muriera que "Frasquito" no lo sacaran de la habitación donde lo tenía y uno de los hijos pidió a su padre, ya mayor, que se lo diera y como los hermanos no se negaron, fue Salvador el nuevo dueño de "Frasquito". Este, tras trasladarse a vivir a Pinoso, se lo llevó con él y lo depositó en la sala de estar de su casa donde hoy permanece después de estar un año en un taller de restauración y volver a ser aquella primera talla, sin grietas ni agujeros que en aquel año 15 llegó a Chinorlet.

Y, esperando poder volver a ver a "Frasquito", aquí finaliza esta curiosa historia que marca un capitulo más de la historia de esta humilde pedanía, Chinorlet.

Encarnación Guardiola
Dolores Pérez ( Hija de Salvador)
Raquel Pérez


Sagrado Corazón de Jesús
(Frasquito)